Tres razones principales por las que nunca debemos dejar de jugar.

Tres razones principales por las que nunca debemos dejar de jugar.

Es tan triste ver cómo en nuestra vida adulta dejamos de tomarnos tiempo para jugar, estamos tan agotados que si alguna vez tenemos tiempo, probablemente lo pasamos adormecidos mirando cualquier tipo de pantalla. 

Por todos es sabido que los niños necesitan jugar para su desarrollo y bienestar, pero resulta que los adultos también necesitamos dedicar tiempo a jugar, y he aquí tres razones principales: 

Un gran alivio para el estrés. 

Jugar es divertido y puede desencadenar la liberación de endorfinas, las sustancias químicas naturales del cuerpo que nos hacen sentir bien. Las endorfinas promueven una sensación general de bienestar y pueden incluso aliviar temporalmente el dolor y mejorar cualquier proceso de curación mental.


Mejora la función cerebral.

Jugar a emparejar cartas, completar puzzles o realizar otras actividades divertidas que supongan un reto para el cerebro pueden ayudar a prevenir problemas de memoria y mejorar la función cerebral. 

La interacción social de jugar con la familia y los amigos también puede ayudar a evitar el estrés y la depresión.

 

Potencia la creatividad. 

Los niños pequeños suelen aprender mejor cuando juegan, un principio que también se aplica a los adultos. Aprenderán mejor una nueva tarea cuando les resulte divertida y estén en un estado de ánimo relajado y juguetón. El juego también puede estimular su imaginación, ayudándoles a adaptarse y a resolver problemas.

En palabras de George Bernard Shaw, "No dejamos de jugar porque envejecemos; envejecemos porque dejamos de jugar". Jugar puede aumentar tu energía y vitalidad e incluso mejorar tu resistencia a las enfermedades, ayudándote a funcionar al máximo.

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